En estas fechas es tradicional acudir a reuniones familiares, de amigos, de trabajo, etcétera, etcétera, y todas ellas giran alrededor de: ¡LA COMIDA!
Algunas personas le tienen pavor a las fiestas y miden las horas de disfrute por los almuerzos o cenas deleitadas, las galletas o chocolates que les regalaron, y hasta las copas de vino que se tomaron. Pero en enero, todo ese regocijo se traduce en KILOS y las promesas hechas para poder perderlos.
Pero ¿qué hago si estoy pasando por una situación de salud y estoy recibiendo quimio o radioterapia? ¿tengo que olvidarme de las fiestas? Pues no: aunque no debo excederme comiendo, no debo dejar de celebrar por temor a tener que comer.
Las fiestas deben representar tiempos de compartir y disfrutar, sin miedo a engordar. ¿Cómo lo podemos lograr? adaptando las tradiciones a lo que tengo permitido, o sea sensato comer, y usando el sentido común para evitar los excesos. Por ejemplo:
- Haga hallacas de tamaño pequeño, con aliños naturales, sin grasas saturadas o utilizando un solo tipo de carne (pollo o res), no les coloques tocino.
- Compre o haga pan de jamón de pavo, sin tocineta y con pan tradicional y no de hojaldre, así evitará la grasa en exceso.
- Si hace ensaladas, no use aderezo de mayonesa. Puede usar yogurt o agregar alguna fruta para refrescar un poco el sabor (manzana y mango son buenas opciones).
- Prefiera el lomo de cochino en lugar del pernil, y si no consume cochino, pruebe con pavo relleno, el cual es una muy buena opción
- No consuma todos los platos en una sola comida, coma algunos en el almuerzo y deje otros para la cena.
- Pruebe los dulces tradicionales, es necesario, pero hágalo en pequeñas cantidades.
- Haga ejercicios.
- Si toma licor que sea moderado (solo si su medico lo permite).
Solo me falta decir que las mejores hallacas las hacía mi mamá y a todos los lectores FELICES Y SALUDABLES FIESTAS.